Envisad: Equipos a la carta para la inspección submarina
La compañía colabora con el Instituto Español Oceanográfico
Hace menos de dos años, José Julián Valdiande decidió embarcarse en una nueva aventura profesional al fundar Envisad, una ingeniería que desarrolla desde plataformas flotantes para monitorear la calidad del agua de embalses hasta vehículos dirigidos por control remoto que permiten desplegar y recuperar el instrumental oceanográfico instalado en el fondo marino. Sus equipos son de especial interés para los biólogos y para un amplio espectro de científicos, ya que ofrecen la información que necesitan para gestionar los ecosistemas acuáticos.
Los biólogos nunca han contado con un instrumental tan variado y eficaz como el que tienen ahora para monitorear los ecosistemas acuáticos. Las nuevas tecnologías les han brindado herramientas para conocer en todo momento el estado de ríos, lagos, mares y océanos, y para actuar a tiempo ante cualquier anomalía medioambiental, y la ingeniería cántabra Envisad, es una de las que diseñan estos equipos.
El ingeniero de Telecomunicación José Julián Valdiande es uno de los fundadores de esta compañía, asentada en el polígono de Cros desde hace dos años. La creó junto a un grupo de socios que, como él, se habían formado en la Universidad de Cantabria, y a dos biólogos de reconocida trayectoria.
A pesar de su corta andadura, Envisad ha tenido la oportunidad de colaborar con prestigiosos organismos como el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en el desarrollo de dispositivos como el ‘LanderPick’, un vehículo submarino que permite instalar y recuperar los landers oceanográficos, unos equipos que alojan una gran variedad de sensores y permanecen en el fondo marino durante largos periodos de tiempo para medir una multitud de parámetros, desde la temperatura, salinidad y composición química del agua hasta la dirección y velocidad de las corrientes.
Los landers marinos, que soportan altísimas presiones oceánicas, cuentan con todo tipo de sensores, y con los datos que recopilan, biólogos y otros científicos desarrollan sus investigaciones. También los necesitan para tomar mejores decisiones en materia de conservación marina.
Una de las ventajas de su aparato, explica Valdiande, es que permite realizar vídeos time lapse, con los que se puede observar en unos pocos segundos procesos que en el entorno marino ocurren lentamente o descubrir nuevas especies acuáticas, ya que también pueden estar equipados con trampas para organismos vivos.
El director técnico de la empresa destaca que su vehículo ‘LanderPick’ despliega y recupera estos observatorios portátiles con precisión y sin necesidad de buceadores ni de robots marinos complejos. Ya se está usando uno en Irlanda y otro en Portugal.
Al igual que el LanderPick, los equipos modulares sensorizados también tienen sello cántabro. El diseño es obra íntegra de los ingenieros de Envisad y la fabricación se lleva a cabo en talleres de la región.
Otra de las ventajas de sus landers es que se afianzan en el fondo mejor que otros modelos existentes, resistiendo la acción de las corrientes marinas o evitando las redes de los barcos pesqueros. Debido a su menor coste, también permiten distribuir más sensores en lugares estratégicos y realizar estudios más exhaustivos. “Muchos dispositivos de este tipo no llegan a recuperarse porque se pierden, pero nuestra solución es distinta y menos costosa. En nuestras pruebas siempre los hemos podido recuperar todos”, asevera Valdiande.
Plataformas flotantes
Una de las especialidades de Envisad son las perfiladoras flotantes, una boya en forma de catamarán para el seguimiento de la calidad de agua en los embalses. En su interior, alberga un pozo del que cuelgan sensores para medir en tiempo real parámetros como la temperatura, el pH, la turbidez y el oxígeno disuelto a lo alto de una columna de agua.
Al sumergirse, obtienen una visión integral de la calidad del agua a diferentes niveles, una ventaja que no ofrecen otros sistemas tradicionales, que suelen limitarse a una sola profundidad para el muestreo. Sostiene que una de las claves del éxito de Envisad es la experiencia y bagaje heredados de sus socios y en emprendimientos anteriores. De hecho, el primer prototipo de esta perfiladora se instaló en Valencia hace seis años, mucho antes de que su ingeniería existiese. “Somos emprendedores repetidores”, bromea.
Dado que gran parte de sus contrataciones se formalizan con entes públicos como Confederaciones Hidrográficas o empresas de abastecimiento de aguas, Valdiande matiza que lo que distingue a su compañía es su capacidad para ofrecer soluciones a medida. “Uno de nuestros últimos clientes ha sido la empresa de abastecimiento de aguas del sur español, pero ahora estamos trabajando en un prototipo que, en lugar de ser flotante, se ubicará en el borde de una presa”, explica. “Nuestros principales competidores ofrecen soluciones cerradas. Tienen un catálogo de productos y sensores y de ahí no puedes salir, mientras que las nuestras son a la carta”.
Con esa metodología de trabajo, Valdiande espera consolidarse en un mercado cada vez más exigente, que requiere contar con un personal muy cualificado. “Ahora somos cinco ingenieros, tres de telecomunicación y dos industriales, pero nuestro objetivo es crecer de manera progresiva y orgánica. Con trabajo, lo conseguiremos”, manifiesta confiado.
David Pérez