Sankol Viajeras: experiencias a medida para mujeres

Turismo inmersivo para huir del modelo low-cost

Nacida en Samarcanda, corazón de la Ruta de la Seda y puente entre China y Europa, Anastasia Skorokhodova creció en Rusia, ha vivido en varias capitales españolas y ahora, ha elegido Limpias, junto a Laredo, como sede de su agencia de viajes, Sankol Viajeras. En la era de los viajes low-cost, esta rusa con alma uzbeka ha apostado por el turismo experiencial y organiza viajes solo para mujeres.


Casi 3.000 años de historia tiene Samarcanda, una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Ha sido un cruce de caminos por el que llegó a discurrir una de las rutas comerciales con más historia, la de la Seda. Por esa vía que unía Oriente y Occidente llegaron a Europa sedas, especias y otros hitos tan relevantes como el papel. Persas, turcos, árabes, mongoles, hindús, judíos y cristianos pasaron también por Samarcanda a lo largo de los siglos y dejaron un poso multicultural que aún hoy es un legado para sus habitantes.

Así sucede con Anastasia Skorokhodova, que creció en esta ciudad de Uzbekistán cuando todavía formaba parte de la URSS, otro “mosaico de culturas”, tal y como lo define ella misma.

Su vida profesional comenzó como representante de la aerolínea rusa S7 Airlines, y allí decidió fundar su propio proyecto: Sankol, una agencia especializada en viajes entre España y Rusia, pionera en el turismo personalizado. “Sankol empezó con la intención de tender puentes entre dos culturas, la rusa y la española, y ofrecer viajes –de ocio o de negocios– a los españoles por el interior de Rusia y a los rusos en España, recuerda Anastasia.

El éxito le acompañó durante años, hasta que “la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania marcaron un punto de inflexión en mi negocio. Tuve que pararme a reflexionar y vi que, tal y como estaba planteado, ya no era viable, y decidí que era hora de evolucionar”, explica la emprendedora.

Hacer de la crisis oportunidad

Así nació Sankol Viajeras, viajes alternativos diseñados exclusivamente para mujeres. 

Anastasia, que ya había residido en Barcelona y Madrid, hizo un tour por el norte de España durante la pandemia y se enamoró de Cantabria. Por eso, cuando decidió cambiar la orientación de su negocio, apostó por cambiar también de sede y eligió Limpias, un pueblo cerca de Laredo, como centro de operaciones desde el que prepara sus viajes.

En un momento en el que el turismo low-cost y de masas ha proliferado hasta convertirse en un problema de primer orden en ciudades como Venecia o Barcelona—con protestas vecinales, limitación de cruceros y tasas turísticas–, Anastasia apuesta por un turismo especializado, ofreciendo viajes para mujeres.

‘Ofrecía viajes entre Rusia y España, pero la pandemia y la guerra con Ucrania fueron un punto de inflexión’

Nadar a contracorriente no suele resultar sencillo, y su peculiar modelo suscita alguna incredulidad, pero ella lo explica con detalle: “Nuestras clientas tienen perfiles muy distintos. Desde mujeres jóvenes en busca de aventuras, hasta otras de más de 50 que quieren redescubrirse. La mayoría viajan solas por primera vez”. Y añade: “Nuestra misión también es romper con los prejuicios: viajar sola no es estar sola”.

En un mundo en el que, hasta hace poco, era inconcebible que una mujer viajase sola, esta experiencia sigue resultando bastante rompedora. Por ello, el acompañamiento que ofrece Skorokhodova es un gran apoyo para aquellas que quieren enfrentarse a este reto, pero prefieren hacerlo con la seguridad de una agencia profesional.

Viajar para sanar

Con unas diez viajeras como máximo, sus grupos acaban compartiendo experiencias enriquecedoras. “Es muy bonito, porque estos espacios entre mujeres son  diferentes. Cuando se crea este grupo, se genera un ambiente muy especial. Somos como tejedoras que confeccionan una atmósfera de paz y, en muchas ocasiones, de sanación”, dice Anastasia.

“Algunas de las mujeres que deciden viajar solas lo hacen para atravesar una situación personal difícil, como una ruptura sentimental”, relata esta experimentada viajera que ha sabido identificar la cualidad sanadora del viaje y la ha integrado en su oferta. Ahora diseña itinerarios que incluyen actividades para conectar también con las mujeres de los lugares que visita: “Desde Uzbekistán, mi tierra natal, hasta Rusia y España, he vivido entre culturas muy distintas, observando de cerca cómo varía el papel de la mujer en cada contexto. Esa experiencia me marcó profundamente y fue la semilla de Sankol Viajeras. Diseño viajes que no solo te llevan a otro país, sino que también te acercan a ti misma”. 

Las clientas de Sankol Viajeras son jóvenes en busca de aventuras, pero también mujeres de más de 50 que desean nuevas experiencias.

En Armenia, cocinaron dulces junto a una afamada presentadora televisiva ya jubilada, y en Georgia visitaron una fábrica de alfombras en la que trabajan mujeres en situación vulnerable, pero Anastasia también ofrece experiencias relacionadas con el bienestar.

“Visitamos sitios donde la conexión, la sororidad y el descubrimiento interior son tan importantes como el destino”, analiza. Bajo esta premisa ha creado ‘Aventureras de la Conciencia’. “Son viajes donde la belleza de un destino se combina con el despertar interior. Una experta en desarrollo personal acompaña cada grupo como figura de apoyo emocional. Su presencia permite integrar cualquier vivencia que surja en el camino, desde una alegría intensa hasta una emoción removida por el entorno, explica Skorokhodova.

Yoga en Uzbekistán o meditación en Tailandia son algunas de las innovadoras escapadas que organiza. Tampoco son habituales sus destinos, como algunas de las antiguas república soviéticas, que ella tan bien conoce: Georgia, Azerbaiyán, Kazajistán, Turkmenistán… Para este verano ha programado rutas a Armenia, Uzbekistán, Cabo Verde y Azores, y, para el otoño, añadirá México y Tailandia, con la intención de seguir ampliando su catálogo internacional a varios países de África y a Sri Lanka.

 Viajes internacionales en tiempo de conflictos

En un momento en el que la tensión internacional parece ir en aumento, Skorokhodova subraya que viajar al extranjero es seguro, pero enfatiza la necesidad de contar con agentes especializados. También rechaza que sea más inseguro viajar siendo mujer: “En algunos lugares, viajar en grupos de mujeres resulta mucho menos llamativo que, por ejemplo, en Europa. Allí están muy acostumbrados a ver a mujeres acompañándose unas a otras. Esto, incluso, nos ha abierto puertas en algunas ocasiones”.

Cuando viajar es más popular que nunca, esta empresaria y viajera recupera la esencia originaria del viaje. Una esencia que responde al mismo impulso que llevaría a Gilgamesh, rey de Uruk en la antigua sumeria, a salir de su pueblo —en la que se considera la obra literaria más antigua del mundo—, en busca de algo que, aunque supuestamente debe hallarse fuera; en el discurrir del camino, acaba transformando por dentro a quien lo transita, tal y como pretenden las clientas de Sankol Viajeras. “Viajar desmonta prejuicios y abre mentes. Después de estos viajes, nuestras viajeras ya no son las mismas y casi siempre quieren repetir”, concluye Skorokhodova.

Begoña Cueli

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