Cantabria enfrentará más de tres jubilaciones por cada incorporación al mercado laboral en la próxima década
El relevo generacional es una de las principales preocupaciones en España en materia de sostenibilidad del mercado laboral. En los próximos años, en Cantabria por cada 3,5 personas que se jubile, solo se incorporará un trabajador, según el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco.
Cantabria es una de las regiones más envejecidas de España: su índice de envejecimiento alcanza el 187% -es decir, 187 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16-, frente al 142 % de la media nacional. Con esta estructura demográfica, el relevo generacional se presenta especialmente complejo en la región.
Actualmente, se contabilizan 54.161 personas entre 6 y 15 años que, en la próxima década, alcanzarán la edad legal para incorporarse al mercado laboral en Cantabria. Si aplicamos la tasa de actividad del 34,5% registrada en la última Encuesta de Población Activa (EPA) para los menores de 25 años en Cantabria, podemos estimar que solo 18.686 de estos jóvenes pasarán a formar parte de la población activa en los próximos diez años.
Esta cifra contrasta de forma significativa con las 66.400 personas de 55 años o más que abandonarán la actividad laboral en ese mismo periodo, según los datos actuales de población activa. En otras palabras, por cada 3,5 personas que se jubilan en Cantabria, solo una se incorpora al mercado laboral, lo que evidencia un llamativo desequilibrio en el relevo generacional.
El presente análisis, desarrollado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, tiene como objetivo generar conciencia sobre el reto que plantea esta transición demográfica, proyectando que en la próxima década se jubilarán en España más de 5 millones de personas en España, mientras que solo un tercio de esa cifra ingresará al mercado laboral. En Cantabria la proporción es aún más desfavorable, ya que por cada 3,5 personas que se jubilan, solo entrará un trabajador. En este contexto, activar todo el potencial disponible -a través de la integración de la mano de obra migrante, la incorporación de talento con menor presencia en el mercado laboral (como mujeres, personas con discapacidad o profesionales sénior), y el impulso de tecnologías como la inteligencia artificial- será clave para garantizar la sostenibilidad y competitividad del mercado laboral.
Una década decisiva para el relevo generacional en Cantabria
El fenómeno migratorio es ya indispensable para el mercado laboral español, aportando prácticamente todo el crecimiento reciente del empleo. España registra flujos migratorios intensos que han elevado la población activa y han evitado una caída demográfica mayor. En los próximos 10 años, con la jubilación de cientos de miles de baby boomers, esta dependencia de la migración no solo continuará sino que aumentará, resultando clave para paliar la falta de relevo generacional.
En concreto, se espera (según proyecciones del INE) que entre 2026 y 2035 lleguen a Cantabria 36.620 personas extranjeras, de las cuales aproximadamente un 80% estará en edad laboral y el 70% de ellas buscarán activamente empleo (unas 20.500 personas).
Sin embargo, aunque el volumen de llegadas puede contribuir a cubrir vacantes, persiste un desajuste entre las competencias disponibles y los perfiles de muchos puestos que quedarán libres tras las jubilaciones. Una parte relevante del talento migrante llega con cualificaciones que no siempre se reconocen o aprovechan plenamente (por barreras de homologación, idiomáticas o de acceso), mientras que muchas salidas se concentran en ocupaciones de alta cualificación y experiencia.
Situación nacional
Durante los últimos años, se viene alertando sobre el desequilibrio creciente entre las personas que se incorporan por primera vez al trabajo y aquellas que abandonan la vida laboral por jubilación, una brecha que amenaza con agravar la escasez de talento en sectores clave de la economía.
A nivel nacional, en la próxima década se jubilarán en España más de 5 millones de personas en España, mientras que solo un tercio de esa cifra ingresará al mercado laboral, siendo más desfavorable la cifra cántabra, de 3,5 jubilaciones por cada nuevo trabajador en activo.
En este contexto, activar todo el potencial disponible -a través de la integración de la mano de obra migrante, la incorporación de talento con menor presencia en el mercado laboral (como mujeres, personas con discapacidad o profesionales sénior), y el impulso de tecnologías como la inteligencia artificial- será clave para garantizar la sostenibilidad y competitividad del mercado laboral.
El informe también apunta a que, además del factor migratorio, será fundamental retener o reenganchar a los profesionales mayores de 50 años, ya que esto mejoraría la relación entre jubilaciones y nuevas incorporaciones, así como ayudaría a sostener la productividad y a facilitar la transferencia de conocimiento entre generaciones.
En muchos casos, las personas sénior quedan fuera del mercado laboral por barreras estructurales como el edadismo o la rigidez de los modelos de trabajo. Promover su capacitación, especialmente en competencias digitales y adaptadas al nuevo entorno laboral, es imprescindible para reactivar su empleabilidad.
IA y automatización: palancas para amortiguar el desequilibrio demográfico
Además de la migración y la activación de talento, la inteligencia artificial y la automatización tienen una gran capacidad para absorber parte del vacío que deja el envejecimiento: automatizan tareas repetitivas, reducen errores y liberan horas para actividades de mayor valor. Con ello, tal y como afirma el estudio, la fuerza laboral existente puede cubrir mejor vacantes en sectores como cuidados, logística, industria, agricultura, administración y turismo. No sustituyen el relevo generacional, pero sí elevarán la productividad y la calidad del servicio en la próxima década.
“La IA y la automatización no resolverán por sí solas el reto demográfico, pero sí son palancas decisivas para hacer más con la fuerza laboral disponible. Debemos avanzar hacia un modelo de trabajo en el que la tecnología libere tiempo de tareas rutinarias y mejore la productividad en sectores clave como los cuidados, la industria, la logística o la administración. Si alineamos tecnología y talento convertiremos este desafío en una oportunidad de crecimiento sostenible y cohesión social”, explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco y director de Sostenibilidad de The Adecco Group.
El experto concluye que: “Además, es fundamental promover la capacitación del talento sénior, cuyo conocimiento y experiencia tienden a desecharse prematuramente en nuestro país. Su conocimiento y experiencia son una ventaja competitiva que España no puede permitirse desaprovechar. Para lograrlo, se requieren políticas activas de empleo que articulen itinerarios formativos, acrediten competencias y fomenten fórmulas de trabajo flexibles (jubilación activa, parcialidad, teletrabajo), además de combatir el edadismo. Solo así mejoraremos su empleabilidad y aprovecharemos plenamente nuestro capital humano”.