Binomio Psicología advierte que agosto y septiembre concentran más crisis de pareja por el ‘efecto lupa’ del verano
Las vacaciones de verano, pensadas para descansar y reconectar, pueden convertirse en un punto de inflexión para muchas parejas. Psicólogos especializados coinciden en que, tradicionalmente, hay ciertos meses en los que más relaciones atraviesan momentos críticos o incluso se rompen.
Según explican los expertos de Binomio Psicología, centro especializado en terapia de pareja online, esta tendencia tiene una raíz clara: “Durante el año, las rutinas y las responsabilidades actúan como una especie de amortiguador de los conflictos. En vacaciones, en concreto los meses de Agosto y Septiembre, esas estructuras desaparecen y la convivencia se intensifica, sacando a la luz problemas que quizá llevaban tiempo latentes”, apuntan.
La falta de espacio personal, las diferencias en la forma de disfrutar el tiempo libre y las expectativas no cumplidas se encuentran entre los factores más habituales. Este llamado “efecto lupa” del verano no crea los problemas, pero sí los hace más visibles. “No es que el verano genere los conflictos, sino que hace más evidentes los que ya existían”, subrayan desde el centro.
Cuando la infidelidad entra en escena
En algunos casos, este periodo de tensiones también coincide con el descubrimiento de infidelidades o la confesión de una aventura extramatrimonial. El aumento de tiempo juntos, la revisión de dispositivos o cambios en la rutina pueden sacar a la luz secretos que impactan gravemente en la confianza de la pareja. Desde Binomio Psicología, notan un aumento exponencial también en las consultas de terapia por infidelidades en estos meses y, señalan que “aunque el dolor inicial sea intenso, con un acompañamiento profesional adecuado es posible reconstruir el vínculo, redefinir acuerdos y decidir si continuar juntos o no desde una base más honesta”.
De la tensión a la oportunidad
Aunque este periodo sea más propenso a tensiones, expertos insisten en que también puede convertirse en un momento idóneo para iniciar cambios positivos. “Cuando los conflictos afloran, se abre la puerta para abordarlos y resolverlos. Detectar las señales de desgaste a tiempo y buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia entre una ruptura y un nuevo comienzo”, explican desde Binomio Psicología.
El mensaje que transmiten es claro: las crisis no tienen por qué significar el final. Con las herramientas adecuadas y un acompañamiento profesional, muchas parejas logran salir fortalecidas de este tipo de etapas, transformando un momento de incertidumbre en la oportunidad de construir una relación más sólida y consciente.