La furia de las palomitas; Edel Villalonga retrata la violencia cotidiana en los márgenes.

CÍRCULO ROJO.- Edel Villalonga Santovenia irrumpe en la narrativa contemporánea con Palomitas de maíz, una novela que no solo revienta como su título sugiere, sino que desborda en cada página con una intensidad cruda y sin filtros. Publicada por Editorial Círculo Rojo en mayo de 2025, esta primera obra del autor cubano exuda una rabia contenida, una energía brutal, casi cinematográfica, que recorre los pasillos de la violencia doméstica, los callejones del deseo adolescente y los rincones más turbios de una sociedad fracturada.

Villalonga, que comenzó a escribir en 2017 y completó esta novela en cinco intensos meses, reconoce que el germen de la historia está en los barrios marginales, en esa Cuba profunda, donde los “chismes, la muerte, el sexo y la venganza” forman parte de un mismo desayuno.

“Es un banquete lleno de violencia emocional y física —afirma el autor—. Los personajes se dejan arrastrar por sus pasiones sin medir las consecuencias. Esta historia es un espejo deformante donde cualquiera puede reconocerse”.

Venganzas privadas en espacios públicos

La trama sigue la espiral de destrucción de Juliana, una adolescente que crece en una casa derrumbada por el machismo, el abandono y los golpes. La infancia de la protagonista es retratada con una precisión demoledora: una madre adicta al caos y un desfile de hombres violentos que marcan su piel y su alma. Villalonga no busca compasión. Lo suyo es una literatura de la exposición, del escalpelo, del grito.

La novela avanza con el ritmo de un thriller urbano. Hay sangre, hay sexo sin consentimiento pleno, hay abuso y redención a medias. La venganza de Juliana —convertida en una figura casi mítica— se desata contra el barrio entero, en especial contra los hombres que, como Félix, caen rendidos ante su poder sexual, pero terminan atrapados en su telaraña de destrucción. La historia, aunque profundamente local, tiene ecos de Lolita, Precious y La casa de Bernarda Alba, cruzadas por una sensibilidad caribeña cargada de ritmo, humedad y rabia.

Retrato sin filtros: ¿testimonio o ficción?

Aunque Villalonga deja claro que la historia no es real, el libro transpira veracidad. Su voz narrativa se sitúa entre la denuncia social y el documental de ficción. El lenguaje es visceral, plagado de expresiones coloquiales cubanas, lo que no solo aporta autenticidad sino que construye un universo cerrado y brutalmente coherente.

“Aunque esta historia no es real, muy bien pudiera serlo”, dice el narrador en las primeras páginas.

En Palomitas de maíz no hay héroes, pero sí víctimas que se convierten en victimarios, mujeres que pelean entre sí por hombres que no valen la pena, y una infancia atrapada en una cadena de traumas que se reproducen como el eco de una bala perdida. Todo estalla en el momento justo, como los granos en el microondas: con calor, con presión y sin vuelta atrás.

Literatura desde las tripas

Edel Villalonga no escribe con la cabeza, sino con las entrañas. Palomitas de maíz es, ante todo, un ejercicio de exorcismo literario: un grito contra el silencio, un espejo deforme que devuelve nuestra propia violencia normalizada. La novela no busca agradar, y eso es lo que la hace imprescindible.

El lector encontrará en sus páginas una experiencia extrema, incómoda y poderosa. Una historia que no da tregua ni respiro, y que invita —o más bien obliga— a pensar en las consecuencias de las pasiones mal encauzadas y en las heridas que el entorno deposita sobre nuestros cuerpos sin pedir permiso.

SINOPSIS

A través de esta historia totalmente ficticia, el autor nos invita a reflexionar sobre el impacto directo de nuestras decisiones, conflictos internos y complejos en la vida de los demás, haciendo que, de cierta forma, nos veamos reflejados en varios de sus personajes más aciagos y oscuros. Su enfoque realista está dirigido a nuestra mente y a sus caprichos más sórdidos, sentándonos a la mesa de un banquete lleno de intrigas, sexo, violencia y traición, para el disfrute de los lectores.

AUTOR 

Edel Villalonga Santovenia, 23 de abril de 1982, La Habana, Cuba

Graduado de la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de La Habana en el año 2009. Defendió su tesis de máster en Estudios Socioculturales del Discurso en el año 2015. Actualmente, se desempeña como guía de turismo desde el año 2012. Autor de varias obras literarias como La masacre de las adelfas y Palomitas de maíz, entre otras.

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