J13PRO, el baloncesto salta a la cancha de las pymes cántabras

El exprofesional Juan Arnaiz abre un centro para mejorar la técnica de los aficionados y profesionales

Los polígonos industriales de Cantabria están cambiando. Pistas de pádel y gimnasios de crossfit ocupan naves donde había almacenes, talleres o pequeñas fábricas. Desde hace unos meses, en el polígono santanderino de Nueva Europa, entre empresas de toldos, un centro tutelar del Hospital Valdecilla, almacenes de golosinas y una tienda de muebles hay un nuevo vecino, J13PRO. Gestionada por la leyenda del baloncesto cántabro Juan Arnaiz (Güemes, 1979), esta pequeña empresa se dedica al entrenamiento individualizado en la práctica del baloncesto.


Pregunta. –Tienes una carrera de más de 30 años como jugador de baloncesto. Se puede decir que la evolución natural, tras colgar las botas, era seguir ligado de alguna forma a este deporte. ¿Cómo surgió la idea de montar una empresa dedicada al entrenamiento en baloncesto y de hacerlo en una nave?

Juan Arnaiz. –He compaginado el baloncesto con el trabajo en diferentes empresas. En unas vacaciones, estaba con una pareja de amigos en la playa y me comentaron que sus hijos practicaban baloncesto. Generalmente, en cada club hay dos equipos por categoría, el A, donde van los más mayores, y el B, para que los más pequeños aprendan y se adapten a la competición y al nivel que exige. Esta pareja me señaló que a los niños del equipo B a veces los propios clubes no les prestan la misma atención que al A. Me sugerían montar algo para que estos niños recibiesen un plus de aprendizaje. En ese momento me lo tomé a broma, porque era verano, estaba de vacaciones y tenía trabajo, pero cambié de domicilio y retomé ese proyecto. Empecé a buscar naves y así nació J13PRO.

P. –¿De dónde sale el nombre?

J.A. –Es sencillo. La J proviene de mi nombre, Juan. El 13 es mi número favorito y que casi siempre he llevado en los distintos equipos en los que he estado. Y el ‘pro’ es porque necesitaba alguna palabra que sirviese de seña de identidad. Mi hijo, cada vez que venía, me solía decir: “¿qué pasa, pro?”. De ahí surgió el nombre completo de la empresa.

P. –En Cantabria existen muchos clubes de baloncesto, que forman a los niños. ¿J13PRO ofrece algo que los equipos no alcanzan a dar a sus jugadores?

J.A. –J13PRO no es un club ni pretende serlo. Somos una herramienta para que todos sus chicos alcancen las condiciones para competir o las mejoren. 

También somos una alternativa para los que no encuentran donde entrenar, porque en los clubes hay carencia de entrenadores o de espacio. Aquí pueden encontrar ambas cosas.

P. –¿A qué público va dirigido?

J.A. –Desde baby basket (niños de 6 años) a profesionales federados. Abarcamos todas las escalas.

También estamos haciendo una apuesta muy decidida por el baloncesto de inclusión: autismo, TDAH, niños con necesidades especiales, enfermedades raras…

Quiero crear un espacio para todos. Si se crean espacios de convivencia entre toda clase de niños, desde edades tempranas y que estos compartan cancha, canastas, gimnasio y juegos será más difícil que ocurran hechos como los del Instituto Torres Quevedo.

Por las instalaciones de Arnaiz pasan desde niños de seis años a profesionales federados.

P. –Vivimos en un país donde el fútbol lo monopoliza todo, por número de practicantes, dinero público y privado, anunciantes… ¿Resulta complicado dedicarse profesionalmente al baloncesto?

J.A. –Históricamente, el fútbol es el deporte hegemónico en España. El baloncesto tiene la batalla perdida. La única forma que tienes de vivir del baloncesto es habiendo sido tocado por una varita mágica, siendo muy bueno y llegando a las categorías superiores. Por debajo de este nivel, nunca vas a poder vivir de ello. Lo tienes que complementar con un trabajo, y eso es algo realmente complicado, por los horarios de entrenamiento, los desplazamientos fuera de Cantabria para jugar partidos…

P. -Tú negocio es completamente novedoso en la región. Hasta ahora te paseabas por polígonos industriales y veías naves dedicadas al crossfit y alguna pista de pádel, pero ésta es la primera dedicada al baloncesto.

J.A. –Sí, somos pioneros en Cantabria y hacemos algo distinto, ayudar a que la gente consiga su mejor versión como jugador de baloncesto.

P. –En Cantabria no abundan los jugadores que hayan llegado a la ACB: Jacobo Odriozola, Ricardo González, David Doblas, Alberto Miguel… ¿J13PRO puede poner un granito de arena para que salgan más?

J.A. –En los últimos años todos los chavales que han despuntado se han ido a jugar fuera de Cantabria. Pablo Hontañón se ha ido al Bilbao Basket. Nico Gómez, al Valencia… Algo está fallando, porque, para el número tan alto que hay de federados, no se está dando ese salto cualitativo. J13PRO es una opción para dar ese plus. Los entrenamientos son completamente distintos a los que se hacen en los clubes. Aquí trabajas con el individuo, no con el equipo. Esa es la clave y el punto de inflexión en la evolución de un jugador.

P. –¿Se puede decir que Juan Arnaiz es un entrenador personal de baloncesto?

J.A. –En el baloncesto, a día de hoy, el 80% es físico. De pequeño se nota muchísimo el tema físico, pero si trabajas la técnica, cuando los cuerpos se van desarrollando y se igualan, el que ha trabajado la técnica se va a diferenciar muchísimo. Si dos jugadores corren lo mismo o tienen la misma fuerza, la técnica es la que te va a dar la habilidad para poder rebasar al rival y poder meter canasta. Ese es el plus que damos aquí.

Aquí trabajamos con grupos muy reducidos. Con seis personas solamente. Esto me permite controlar al alumno y corregirlo al instante. No es como un equipo, en el que hay 12, 14 o 16 chavales.

Otro problema que hay en Cantabria es la escasez de entrenadores, lo que muchas veces sobrecarga los grupos.

Aquí las intensidades son muy distintas a las de un entrenamiento en un club. Son ejercicios que no se hacen en los equipos.

P. –Cuando amas el baloncesto como tú, ¿es más fácil dedicarse profesionalmente a ello?

J.A. –La verdad es que sí. El baloncesto es una cosa que me gusta muchísimo. Las horas en la nave se me pasan volando. Estoy 24/7. Esto no es un trabajo para mí. Es algo que me apasiona. Todo el conocimiento que he adquirido como jugador, más el que estoy adquiriendo con formaciones ­–tengo un máster en entrenamiento en alto rendimiento y otro en coaching deportivo, además del curso de segundo nivel de entrenador–  estoy intentando trasladárselo a las personas. 

P. –¿Ha sido muy difícil poner en marcha la empresa?

J.A. –La verdad es que no ha sido muy fácil. He puesto todo lo que tenía en este negocio. Lo he vendido todo y he apostado por este sueño a ciegas. Tenía una furgoneta nueva y la vendí. Es duro porque no recibes muchos apoyos, tienes que ir a puerta fría a todos los sitios en busca de patrocinadores y colaboraciones. Hay gente que desde el principio me ha ayudado, al ser una empresa diferente, pionera e innovadora, pero sigo buscando la colaboración de empresas que quieran implicarse, porque, por ejemplo, necesito poder cambiar el suelo, poner uno de madera, para que esos niños con necesidades especiales no se hagan daño si se caen…

P. –¿Qué hace el baloncesto por las personas y por la inclusión?

J.A. –Socializas, trabajas el compañerismo. En el tema del físico, te proporciona coordinación, velocidad de reflejos, agilidad mental… Es bueno para el sistema cardiaco. Te ayuda en todos los ámbitos de la vida, porque es un deporte que aúna lo individual con el trabajo de equipo.

En el tema de inclusión, trabajas fuerza, coordinación, socialización. Que niños que tienen problemas de coordinación o de agilidad consigan botar un balón o saltar son grandes logros para ellos.

P. –¿Cómo ha sido la acogida por parte del mundo del baloncesto cántabro?

J.A. –Empecé con un crío y el boca a boca está funcionando; pero lo mejor de todo es que mi método de trabajo está funcionando. Los padres me lo dicen. Niños que venían con miedo, que necesitaban un plus de confianza, han progresado y los padres te llaman por teléfono y te felicitan porque ha metido 30 puntos. Al final ejerzo más de psicólogo que de entrenador. Te llegan chavales que chupan banquillo, porque el entrenador no cuenta con ellos, y haces que recuperen la confianza y el amor por el baloncesto.

P. –¿Qué objetivos te marcas a corto y medio plazo?

J.A. –Mantendré los campus en jornadas no lectivas, porque la gente los agradece mucho, tanto para ampliación como para aprendizaje.

Me quiero meter más en el tema de inclusión. Quiero que todo el mundo pueda jugar al baloncesto. También quiero hacer pequeñas mejoras en las instalaciones y voy a crear una liga 3X3 en verano, un tipo de competición que está en auge y que espero que tenga buena acogida.

Eduardo Illarregui Gárate

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