La cántabra West Packaging abre una segunda fábrica en Sevilla
La empresa de envases de cartoncillo amplía la producción y desarrolla nuevos productos
En 2020, la familia Carral ponía en marcha en Reocín la fábrica de estuches de cartoncillo estucado impreso West Packaging. En apenas cuatro años ha alcanzado una facturación anual de 22 millones de euros y ahora acaba de adquirir otra planta en Sevilla, para acelerar aún más un crecimiento que no solo se apoya en nuevos clientes. La compañía cántabra está desarrollando productos propios destinados a sustituir los envases de plástico condenados a desaparecer por las políticas de sostenibilidad.
La fábrica que West Packaging ha adquirido en Dos Hermanas (Sevilla) prácticamente le permitirá duplicar su producción actual e incrementa sus expectativas comerciales en el del sur de España. En realidad, todo el mercado ofrece buenas perspectivas en estos momentos, por el auge del envasado en cartoncillo, más sostenible que el plástico.
La familia Carral creó en 1952 la fábrica de cartón ondulado Cartonajes Karlia y, tras su venta, volvió a repetir el éxito con la firma de envases de cartoncillo Norgraf Packaging, de la que también se desprendió. Hace cuatro años creó West Packaging, a cuyo frente está un miembro de la tercera generación, Fernando Carral. En este breve tiempo, esa planta del polígono de Reocín ha captado clientes de todo tipo (multinacionales de la alimentación, conserveras, envasadoras de leche, marcas de lujo…) para los que imprime y troquela decenas de miles de estuches de cartoncillo cada año.
La política expansiva de la empresa le ha llevado a adquirir una planta de 15.000 m2 en Dos Hermanas (Sevilla), donde ha empezado a introducir nueva maquinaria con la intención de poner una primera fase en marcha en noviembre, con una inversión de 12 millones de euros y una plantilla inicial de 48 trabajadores. En 2026 acometará la segunda fase, que requerirá otros ocho millones de euros.
La planta tendrá dos líneas de impresión, cuatro troqueladoras, tres plegadoras y maquinaria auxiliar de última generación. Con este equipamiento podrá llegar a una capacidad productiva total de 40.000 toneladas/año, de las que la planta de Reocín ya aporta unas 25.000.
La compañía no solo busca ampliar su capacidad. Desde hace tiempo está desarrollando nuevos productos para un mercado que necesita alternativas sostenibles a muchos envases que ahora se fabrican en plástico. En enero presentó sus anillas biodegradables y los vasos de cartón sin recubrimiento de lámina de plástico, que ofrecen la misma estanqueidad para los líquidos y son totalmente compostables.
Con ambas estrategias, West Packaging, que ya cuenta con 150 trabajadores, pretende duplicar su facturación y resultados antes de 2029. El pasado año, las ventas superaron los 22 millones de euros, frente a los 20,0 de 2023, de los que 2 millones procedieron de la exportación, principalmente a Francia y Portugal.