Europa empuja al metal hacia las ‘emisiones cero’
En marzo de este año, la Comisión Europea lanzaba el Plan de Acción del Acero y los Metales, una hoja de ruta “para la transición hacia una industria siderúrgica y metalúrgica competitiva y descarbonizada”. Europa se ha puesto como horizonte el año 2050 para lograr las emisiones cero.
El diagnóstico de la Comisión es claro. La industria metalúrgica y siderúrgica europea se encuentra en un “punto crítico”, amenazada por los conflictos internacionales, la competencia desleal a escala mundial —como los bajos precios de las productoras asiáticas, en especial de China—, la gran inversión para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y el elevado coste de la energía.
La Unión quiere que los Estados garanticen energía más asequible para el sector , y les anima a impulsar los contratos de compraventa de electricidad y gas, aprovechar la flexibilidad fiscal y la reducción de tarifas de la red para evitar la volatilidad de los mercados, así como a fomentar el acceso de las grandes industrias a fuentes alternativas como el hidrógeno ‘verde’.
La UE pretende evitar la competencia de países terceros con menores imposiciones ambientales con el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC), y ha anunciado, la futura Ley Aceleración de la Descarbonización Industrial, para lo que destinará 750 millones de euros en ayudas a las empresas.
En la misma línea, introducirá criterios de sostenibilidad en contratos públicos para favorecer los metales de ‘bajas emisiones’ de la UE; impulsará la circularidad, con el reciclado de residuos industriales y la chatarra como proveedor de insumos; y aspira a proteger el empleo de calidad.
Los sindicatos apremian a tomar acciones concretas, pues el sector no solo adolece de la falta de relevo generacional, sino que debe minimizar el impacto de esta transformación sobre los trabajadores. Actualmente, abarca unas 200.000 empresas con unos 14 millones de empleados, en su mayoría cualificados, que se verán afectados por la drástica reconversión de un sector que no ha enfrentado un cambio tan radical en su modelo productivo desde hace más de dos siglos.