La paradoja del ferrocarril
Para muchas empresas resulta más barato utilizar el camión
El Puerto de Santander es uno de los que, proporcionalmente, más utilizan el ferrocarril. Sin embargo, las empresas que mueven más mercancías siguen quejándose de los costes. A pesar de que, por sus gran capacidad de transporte, debería resultar más barato que el transporte por carretera, el hasta ahora director general de Solvay, Jorge de Oliveira, se lamentaba en el último encuentro del Círculo Empresarial Cantabria Económica de que “nos sale el doble de caro utilizar el ferrocarril que el camión”, algo que decía no entender.
Andrés Tárano, presidente de AETRAC, la patronal de las empresas del transporte por carretera, reconoce que es chocante, aparentemente “porque, a primera vista, el ferrocarril parece una opción más eficiente y ecológica”, pero analiza los motivos que dan lugar a esta realidad: “En primer lugar, la infraestructura no es barata. Las tarifas incluyen mantenimiento de vías, estaciones y otros servicios, lo que encarece el transporte. Además, los trenes no tienen la misma flexibilidad que los camiones: no pueden ir directamente de puerta a puerta, así que muchas veces se necesita un transporte complementario por carretera para completar el viaje”.
En el ferrocarril influyen muchos otros condicionantes: “También está el tema de la frecuencia y disponibilidad. Mientras que los camiones pueden salir en cualquier momento, los trenes dependen de horarios específicos, lo que puede generar costos de almacenamiento adicionales si una empresa tiene que esperar”, explica. “Y si hablamos de inversión”, añade, “las compañías que optan por el tren necesitan vagones especializados, lo que no siempre es una inversión rentable”.
En España, el ferrocarril apenas representa el 5% del transporte de mercancías, “lo que muestra que la mayoría de las empresas prefieren la carretera por su mayor flexibilidad y menor costo. Así que, aunque suene contradictorio, el tren sigue siendo una alternativa más cara para muchas empresas”.