Edu Puertas, el hombre de los 300 perros
Por Rosa Pereda
Una perra, Lucky, cambió su vida. El ha cambiado la vida de cientos de perros y de cientos de personas. Eduardo Puertas Fernández, al que todos llaman Edu, gestiona el refugio que ASPROAN, la Asociación Protectora de Animales, tiene en San Román. Un centro de referencia en Cantabria pero también fuera, donde conviven más de trescientos perros, de todos los tamaños, edades y razas, cada uno con su historia y sus genes. Y mucha, mucha gente, porque ASPROAN ha creado un ecosistema propio, complejo y eficaz, para proteger a los animales abandonados y establecer un nudo de relaciones con las personas. Y es un mundo apasionante que dice mucho de nuestra ciudad, y de los cambios que viene asumiendo.
Lucky tiene ahora 13 años. Apareció en la vida de Edu un domingo de marzo de 2012, cuando fue a recoger a su hija a casa de su ya entonces exmujer, que había encontrado a la perrina aterida en la calle. Es una mestiza de foxterrier y Edu prefería los perros grandes y considerados peligrosos, los TTT, pero se la llevó. Una semana de veterinarios, buscar a los dueños, no había chip… Y enamoramiento. Edu va a ASPROAN para adoptarla oficialmente, y conoce a Javier Sánchez, que lo dirige entonces. Y empieza a ir de voluntario, porque estaba en un momento de crisis –miren la fecha– y conducir camiones por España y Europa estaba muy bien. Puertas adora la carretera, su furgo tiene más de un millón de kilómetros y con ella ha recorrido medio mundo, y no soporta el trabajo de oficina, aunque ahora le toque a veces. Pero era la crisis. Total que Javier Sánchez, al que Edu Puertas considera su mentor, le contrata como trabajador del refugio, y cuando enferma y, lamentablemente, fallece, le deja el testigo. Para entonces, Edu Puertas ha encontrado mucho más que un trabajo, una razón para vivir. Yo diría que una misión. Lo prioritario son los perros. Rescatar a los abandonados y maltratados, y conectarlos con las personas que los necesitan: esa es la idea.
Hay un dato muy significativo. En Santander, y en 2024, había 23.454 perros censados, de los que 16.500 eran de raza, y 7.000 mestizos. El número de menores de 18 años era exactamente cien menos: 23.354. La ciudad está envejecida, los jóvenes con niños se van del municipio, por espacio y por precio, hay muchos viejos y viejas que viven solos, y un perro es una compañía que, además, obliga a salir de casa. Alguien a quien cuidar y a quien querer, que la soledad no elegida es muy triste.
Un dato curioso: sólo una de cada cinco protectoras de animales está gestionada por un varón. Y en los orígenes de ASPROAN, en 1973, también. Margarita Hormaechea, Ana de la Cierva, Carmen Caramés, respaldadas por un famoso ginecólogo, Carlos Cabello, que tenía su clínica en un chalet del Sardinero, compraron una casa antigua en el centro, y ahí, si mi información es buena, una mujer que vivía en la calle con dos perros grandes, pasó a tener casa y a ocuparse de los recogidos. Luego se trasladaron a una finca pegada al cementerio de San Román, y ahora al terreno que ocupan, enfrente de la depuradora de agua. Y algo más: Eduardo Puertas es el CEO del refugio, pero la presidenta de ASPROAN es una mujer, Teresa Vázquez Díaz.
La filosofía de Edu Puertas tiene que ver con la consciencia de que está cumpliendo un papel que mejora vidas y nos mejora como sociedad. Dice que si haces el bien, revierte siempre. Que él, que está por cumplir los 50 años, era un chaval de barrio, nada solidario, y eso que había nacido en el Grupo San Francisco, “El barrio que no se rindió”, como se titula el corto de Miguel Cabanillas donde cuenta cómo los vecinos del Grupo adecentaron y urbanizaron una zona muy deprimida de Santander; cómo fundaron en 1975 la Asociación de Vecinos, y cómo fueron una piña, liderados por el cura Ernesto Bustio, uno de esos sacerdotes legendarios de Santander, como Alberto Pico en el Pesquero. Un niño asmático al que los padres llevaban a Castilla a cambiar de aires, y al que de mayor le apasiona la Historia, vivida en su sitio, en sus piedras y en el aire de sus pueblos y ciudades. Y por eso viajar es lo más, en furgoneta o en moto, hasta que por poco se mata.
Conseguir el “sacrificio 0” en las perreras de Cantabria era un paso obligatorio, e hizo más de lo que pudo. Ahora está consagrado por Ley y se trabajo es modernizar el refugio y dar una calidad de vida a los “perretes”.
La vida del refugio es ordenada y complicada a la vez, de domingo a viernes. Los perros que llegan son muy distintos. Los hay agresivos y miedosos, los hay cachorros recién nacidos. Los hay de convivencia fácil, de jauría ordenada. Pero hay otros que no. A todos hay que enseñarles las reglas, hay que reeducarlos, hay que rehabilitarlos. Para eso hace falta un don, y Edu Puertas lo tiene. Y tiene cicatrices, porque en el proceso el perro es un perro. Y muerde. Así que hay zonas, todas confortables, con amplios cheniles que a veces son individuales y a veces amorosamente compartidos, y zonas comunes a las que pueden salir, o no, por tandas. Pero siempre hay que limpiar, hay que desparasitar, hay que alimentar, hay que cuidar. Son 300 perros y un equipo de cinco personas fijas y diez voluntarias, que vienen por turnos. Y a la cabeza, Edu Puertas.
De domingo a viernes, porque el sábado es jornada de puertas abiertas y la rutina cambia, es el día que se admiten las visitas. Vienen los socios, que aportan una cantidad mensual al mantenimiento del refugio, que cuesta una media de 10.000 euros por mes –sólo de pienso tienen 40.000 anuales–; vienen los que tienen un perro apadrinado, y se lo llevan a pasear o a casa el finde, y vienen los que quieren adoptar. Que tienen que pasar por un proceso de selección, tanto el perro como el humano o la humana, porque los cambios y devoluciones –que los hay– son traumáticos, para unos y para otros.
Ahora, ASPROAN es un referente, que ha cruzado las fronteras. Ha tenido golpes de suerte. Por ejemplo, que Daniel Sánchez Arévalo rodara “!7”, en el refugio, aquella película que protagonizaban un chico complicado y un perro llamado Oveja. También el éxito de los vídeos en redes: ASPROAN tiene 300.000 seguidores en Facebook, y 13.000, de momento, en Instagram, y sus videos se hacen virales muchas veces. Además, Edu Puertas cuida la comunicación: interviene como colaborador en la Cadena Feeling y mensualmente, en la Cadena SER, a donde acude con tres de sus perros. Y le entrevistan en Argentina, en USA.
En fin, que es un referente.