El psicólogo Fernando Pena indica cómo pueden acabar las crisis de ansiedad y es diferente a lo que la gente piensa
Se ha hablado con el psicólogo Fernando Pena, director del Centro de Psicología Calma Al Mar y presidente de la Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS para abordar un problema psicológico muy extendido: el trastorno por ataques de pánico o crisis de ansiedad.
Buenos días. Se agradece que dediques tiempo para hablar sobre el trastorno por ataques de pánico, o crisis de ansiedad, que según hemos entendido, es uno de los trastornos más frecuentes. ¿Podrías proporcionarnos una descripción general de este trastorno?
El trastorno por ataques de pánico es un trastorno de ansiedad en el que las personas que lo padecen experimentan crisis, que son subidas abruptas de su nivel de ansiedad, sumado a un miedo intenso a sufrir un infarto, perder el control o a volverse locos. Estos ataques repentinos se caracterizan por síntomas físicos y emocionales intensos, como palpitaciones, presión en el pecho, sudoración, temblores, miedo al desmayo o sensación de muerte inminente, seguidos por un miedo intenso a volver a tener de nuevo esas sensaciones en el cuerpo.
¿Cuáles son algunas de las causas subyacentes de este trastorno?
Las causas exactas no están completamente claras, pero una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales puede contribuir al desarrollo del trastorno. En mi equipo de psicólogos en Valencia hemos visto que existe cierta relación con experiencias traumáticas, estrés significativo, muertes cercanas, preocupación desde la infancia por la salud o la muerte y una predisposición genética son algunos factores que podrían desencadenar su aparición.
¿Cuáles son algunos de los síntomas menos conocidos pero igualmente importantes de este trastorno?
Además de los síntomas físicos, las personas con este trastorno también pueden experimentar un miedo persistente a estar solos, a viajar, a ir en transporte público o a estar en espacios con mucha gente como pueden ser centros comerciales, conciertos o incluso a ir a clase o al centro de trabajo. Pueden evitar situaciones donde creen que sería difícil escapar o recibir ayuda en caso de un ataque de pánico. Esto puede llevar a un aislamiento social y una disminución en la calidad de vida. En casos más graves, hemos atendido a personas que habían desarrollado una importante agorafobia que les impedía salir de sus casas.
¿Cuál es el enfoque principal en el tratamiento de este trastorno en su consulta?
El tratamiento psicológico eficaz es la terapia cognitivo-conductual llevada a cabo en un centro de psicología especializado. La terapia cognitivo-conductual ayuda a los pacientes a entender y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que perpetúan el trastorno. Las partes esenciales del tratamiento son: conocer cómo funciona la ansiedad, entender que la ansiedad no les va a matar, aprender a manejar los síntomas físicos, entrenarse en una discusión cognitiva de los pensamientos catastróficos y realizar una exposición gradual a las situaciones temidas.
¿Cuáles son algunos de los desafíos comunes que enfrentan los pacientes durante el tratamiento?
El principal desafío es romper la asociación entre la sensación de falta de aire, o los pinchazos en el pecho o en el corazón y la idea de que esas sensaciones físicas predicen la muerte inminente. La mayor parte de los pacientes que acuden con un trastorno por ataques de pánico tienen una creencia del 100% de que esas sensaciones físicas son un indicador inequívoco de que se van a morir. De ahí la respuesta emocional tan intensa.
¿Y cómo puede terminar este trastorno? ¿No se van a morir?
Todos los pacientes que hemos tenido han acudido previamente a médicos quienes, tras chequeos y diferentes pruebas, han determinado que tienen un corazón sano y que el origen del problema es psicológico. Son los propios médicos quienes les piden que acudan a Calma Al Mar para recibir tratamiento psicológico especializado. Por lo tanto, quien tiene un trastorno por ataques de pánico no se va a morir de ansiedad. Es seguro que quien lo sufre lleva meses o años pensando que se va a morir de ansiedad, que la ansiedad les va a matar, pero no es así. El final es muy diferente a lo que piensa la gente que lo padece. Deben saber que la ansiedad no les va a matar.
¿Podrías compartir un caso de éxito que haya experimentado en su consulta?
Uno de los pacientes que más recuerdo le atendí en el primer año de trabajo. Era profesor en una academia y abandonó la enseñanza por la aparición de sus primeras crisis de ansiedad. Coincidió poco después del fallecimiento de un familiar cercano, lo que le generó una especial atención por su propia salud y por las sensaciones de su cuerpo. Este paciente sufrió un primer ataque de pánico un domingo por la mañana, después haber dormido tan solo 3 horas la noche anterior. En este ataque de pánico acudió a urgencias en un hospital, en donde tan solo le dieron un ansiolítico y le dijeron que no tenía nada grave, que era solo ansiedad, que se podía ir a casa. Tras este primer ataque de pánico, generó un intenso miedo a notar opresión en el pecho, falta de aire, angustia, mareos y otros síntomas físicos. Este miedo le llevó a evitar hacer cosas. Al principio solo dejó el deporte, pero poco a poco se fue quedando más aislado en casa y con un miedo más intenso a salir de casa. A través del tratamiento comprendió cómo funcionaba su ansiedad, aprendió a manejarla, a perderle el miedo y fue saliendo de casa hasta tener una vida social y recuperar su afición al tenis.
Eso suena realmente alentador. ¿Qué consejo le darías a alguien que sospecha que podría estar experimentando este mismo trastorno?
Lo más importante es buscar ayuda profesional contra la ansiedad. No están solos en esto y existen tratamientos efectivos disponibles. Evitar buscar ayuda solo prolonga el sufrimiento. Además, es crucial el hablar abiertamente sobre lo que se siente. En mi experiencia he visto que es mucho más fácil tratar del todo un trastorno que tiene solo uno o dos años de evolución, que a una persona que lleva más de 2 o 3 décadas arrastrando este problema, por lo tanto, como sucede en prácticamente todos los problemas psicológicos, cuanto antes se busque ayuda, mejor.
Para finalizar, mucha gente quizá todavía evita acudir al psicólogo para buscar ayuda ¿Cómo esperas que la comprensión pública de este trastorno evolucione en los próximos años?
Espero que la conciencia sobre los trastornos psicológicos en general, y los trastornos de ansiedad en particular, continúe creciendo. Cuanto más comprendamos estos problemas y más podamos hablar de ellos, menos estigmatizados estarán y más personas buscarán ayuda temprana. La educación y la empatía son claves en este proceso. Y la divulgación de estos temas en prensa es un factor clave para lograrlo. Por eso quiero finalizar agradeciéndoos la entrevista porque estoy seguro de que puede ayudar a mucha gente, y animo a quien la lea a compartirla para que así aumente la conciencia social en cuanto a los problemas psicológicos. Debemos empezar a considerar la salud psicológica tan importante como la salud física, y normalizar el hecho de pedir ayuda a un centro de psicología.