La Fundación Comillas revela un desajuste por resolver en la empleabilidad de los cántabros

Cantabria tiene un «desajuste» entre la formación para el empleo y las necesidades que tienen las empresas de la región, según un estudio realizado por la Fundación Comillas para conocer las capacidades de la población activa y las demandas del tejido productivo con el objetivo de ofrecer programas formativos más ajustados a sus necesidades presentes y futuras, especialmente en el medio rural.

El estudio, cuyos resultados han sido presentados hoy en un encuentro de trabajo al que han asistido agentes relacionados con el desarrollo social y económico de Cantabria, persigue establecer una metodología compartida entre los servicios regionales de empleo del Sistema de Empleo Público Estatal (SEPE), que permita anticipar necesidades y oportunidades, fundamentalmente en el desarrollo de competencias para la transición digital, ecológica y emprendedora de los sectores productivos de Cantabria, especialmente en el sector primario.

Durante la presentación, el coordinador de Innovación educativa e Impacto Social de la Fundación Comillas, Rafael Ruiz, ha explicado que «la implantación de esta metodología permitiría al Servicio Cántabro de Empleo (EMCAN) disponer de un modelo innovador para abordar problemas complejos y diseñar soluciones a largo plazo, más integradoras y ajustadas a las necesidades reales del territorio».

Igualmente, ha señalado que la propuesta «supone una oportunidad única para Cantabria por disponer de unas características especialmente buenas para posicionarse como laboratorio de innovación social a escala real y experimentar un modelo de referencia a nivel nacional».

Así, entre las principales conclusiones obtenidas se ha observado ese «desajuste» que podría corregirse, a juicio de la Fundación, con una actualización de los programas, con la elaboración y el uso de nuevas narrativas que mejoren la imagen del sector, con acciones para potenciar la cultura y la capacidad innovadora de las empresas y con la reducción de las barreras burocráticas todo lo posible.

«Los resultados de este análisis son muy esperanzadores, ya que nos han permitido conocer que cambios son necesarios realizar en el modelo de diseño de la oferta formativa» y además, ha dicho Ruiz, ha puesto de manifiesto «el compromiso de todos los actores implicados para trabajar en un modelo ilusionante e innovador que supone un cambio de paradigma».

El primer paso para la ejecución de este estudio ha consistido en la elaboración del diagnóstico de competencias profesionales de la población.

Para ello, se han realizado más de 1.000 encuestas dirigidas a residentes en poblaciones rurales de Cantabria, con menos de 5.000 habitantes, lo que supone un total de 84 municipios participantes.

Posteriormente, se han mantenido visitas y entrevistas con todos los agentes implicados, como empresas, asociaciones u organizaciones empresariales para identificar las necesidades formativas de los sectores productivos.

Por último, se ha planteado el contraste entre la oferta formativa y la demanda existente, se ha elaborado el análisis del modelo actual de formación para el empleo y se ha diseñado una propuesta de mejora, basada en metodologías testadas a nivel internacional por organizaciones como el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la Fundación COTEC o el Spain NAB.

El ENCAM ha encargado a la Fundación Comillas la realización de este diagnóstico de necesidades formativas, dentro de su objetivo estratégico de desarrollo territorial e innovación educativa, y el proyecto cuenta con la financiación de los fondos Next Generation de la Unión Europa, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

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