INGENOR
Llevar a buen puerto un proyecto urbanístico requiere desbrozar un camino muchas veces sembrado de calificaciones dudosas, títulos de propiedad desordenados, pleitos de herencia o la necesidad de emprender una ardua negociación de compensaciones a los afectados por un plan parcial. Para profesionalizar la solución de todas estas complejidades se creó en 1997 Ingenor (Ingeniería y Construcción del Norte, S.L), un equipo multidisciplinar formado por ingenieros de caminos, geógrafos y urbanistas que han acumulado una amplia experiencia en desentrañar la madeja de las gestiones urbanísticas que, aún en el caso de parecer aparentemente simples, pueden esconder tales dificultades que acaben arruinando a su promotor.
Ingenor localiza y selecciona suelo, lo gestiona ante los ayuntamientos y puede llegar a realizar los proyectos de viviendas y naves industriales e, incluso, la tramitación de ayudas de fondos europeos.
La empresa también realiza la gestión de patrimonios formados por fincas o propiedades y negocia con los ayuntamientos operaciones urbanísticas mediante permutas o convenios. Asimismo, ha suscrito acuerdos con varios ayuntamientos para efectuar la revición de sus planes urbanísticos.
Expropiaciones con historia
La defensa de los intereses de personas o empresas afectadas por una expropiación, es una de las tareas más habituales de este grupo de profesionales, que se enorgullecen de llevar hasta sus últimas consecuencias el pulso con la Administración, buscando siempre durante el proceso el acuerdo satisfactorio para ambas partes. Así lo demuestran casos que han tenido recientemente una gran resonancia, como la sentencia sobre el terreno en el que se levanta el Palacio de Festivales, que ha fijado su expropiación en 4.500 millones de pesetas a favor de su anterior propietario, Astilleros del Atlántico, y cuya asistencia técnica fue llevada por Ingenor.
Otro contencioso de trascendencia social es el que les enfrenta, en nombre de la sociedad Astillero Parque, con el Ayuntamiento de El Astillero por la expropiación de las llamadas Marismas Negras, en el que han recurrido la cantidad fijada por el jurado expropiatorio a la espera de que los tribunales valoren el terreno al menos con el mismo criterio que aplicaron en las marismas del Joyel de Noja, por el que costas tuvo que pagar más de 300 millones de pesetas .