Farmacéutica Cantabria opta por Madrid para su nueva fábrica

IFC volverá a crecer espectacularmente, pero no en Cantabria. La empresa ha optado por comprar una planta fabril en Madrid, que acondicionará durante dos años y que entrará en funcionamiento en el 2003. Allí podrá ampliar sus líneas de fabricación de productos farmacéuticos y trasladará el departamento de I+D que ahora tiene en su planta de Torrejón, donde también elabora materias primas y especialidades farmacéuticas. En su sede tradicional de Adarzo, IFC conserva la fabricación de cremas farmacéuticas y cosméticos.
El departamento de I+D tiene una gran importancia y hubiese podido dar un gran impulso a la investigación en Cantabria, dado que IFC ha decidido basar su desarrollo en la búsqueda de principios activos propios, a lo cual dedica el 12% de su facturación farmacéutica, lo que equivale a unos 800 millones de pesetas al año, una cuantía muy superior a la que dedica a investigación y desarrollo cualquier otra empresa de la región. En la actualidad, IFC tiene en marcha 24 proyectos en los que colabora con 79 centros de investigación, entre los cuales está la Universidad de Cantabria, y varios de ellos están cofinanciados con fondos FEDER. Sus principales líneas de investigación se centran en la inmunología, la fotoinmunoprotección, la dermocosmética y la galénica.
El laboratorio cántabro controlado por la familia mallorquina Matji tuvo unas ventas en el pasado año de 7.050 millones de pesetas, un 6% más que en el año anterior. El crecimiento en los últimos ejercicios se ha ralentizado, como consecuencia de la exclusión del Inmunoferón de la lista de medicamentos financiados por la Seguridad Social, pero volverá a dispararse una vez se ponga en práctica el convenio para la venta de este medicamento en China, y la compañía introduzca en EE UU el fotoprotector oral que prepara. IFC también tiene previsto poner en el mercado una nueva línea de fotoprotección tópica.
Industrial Farmacéutica Cantabria ha tomado otra decisión estratégica, la de volver a la patronal del sector Farmaindustria. La compañía cántabra ha mantenido una actitud independiente, y fue la primera del país que se atrevió a bajar los precios de un medicamento. Una política rupturista que justificaba en la escasa coincidencia de sus intereses con los que defiende la gran industria. Mientras que para los grandes laboratorios los objetivos eran mantener la cuota de mercado en unos momentos en que el Ministerio de Sanidad se planteaba sustanciales recortes del gasto, IFC entendía que la única política válida para los pequeños era la del crecimiento hasta poder adquirir un tamaño suficiente.

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