Automóvil: De la competencia feroz a la cooperación

De situaciones tan extremas como la que vive el sector del automóvil solo se sale con decisiones que nunca antes se habían puesto en práctica, como la adoptada por los concesionarios de Cantabria que, en contra de una cultura de negocio que les había llevado a verse solo como competidores, han pasado a asociarse para tratar de reducir costes y contar con una voz propia. La decisión engloba a todas las marcas y a todos los grupos empresariales que distribuyen automóviles en la región, cuyo primer reto será aprender a compartir información para definir estrategias que les permitan salir del profundo bache en que se encuentra el sector, que ha pasado de vender 24.000 coches en 2009 a únicamente 6.000 el pasado año.
Entre las ventajas de asociarse está la de reducir gastos mediante compras conjuntas para unas empresas que tienen estructuras de funcionamiento y necesidades muy similares.
Los suministros de electricidad, de teléfono, de equipos y sistemas informáticos, de material de oficina, seguros, mobiliario o gestión de residuos son susceptibles de ser unificados, con el consiguiente ahorro para los asociados, pero es en los talleres, donde se concentra el grueso de los gastos de los concesionarios oficiales, donde más se puede notar esta estrategia de compartir proveedores.
El área de reparaciones y mantenimiento es el que más problemas plantea a la hora de redimensionar las empresas para hacer frente a la reducción de ingresos. Los fabricantes de automóviles imponen a los concesionarios oficiales unos requisitos de calidad de instalaciones, de personal y de equipamiento tecnológico que elevan los costes. Sin embargo, no pueden repercutirlos en los usuarios porque eso les alejaría en precios de los talleres no oficiales, de ahí que se convierta en un problema añadido a su principal quebradero de cabeza, la caída sin precedentes en la venta de automóviles. A pesar de haber conocido otras situaciones de crisis, como la de 1992, ninguna se asemeja a ésta en su extenuante duración.

Un mal comienzo de año

La cifra de ventas del pasado mes de enero es muy ilustrativa sobre la gravedad de la situación que atraviesan los concesionarios. A pesar de los planes de choque aplicados por las administraciones públicas, como el Plan Pive, del Gobierno central, o el Renueva del Ejecutivo cántabro, en enero las ventas de coches en Cantabria cayeron un 18,8% en relación al mismo mes del año anterior, y fueron de apenas 462 unidades. Proporcionalmente, fue el mayor descenso de todo el país, con la excepción de Madrid, donde la reducción fue del 20,5%.
Desde el sector se intenta buscar explicaciones a estos datos, con la esperanza de que los siguientes meses no sean tan negativos. Un clavo al que agarrarse es el hecho de que en enero de 2012 Cantabria arrojó mejores resultados que la media –y de ahí que la caída ahora sea mayor–. Otro, que los coches vendidos en nuestra región son, tradicionalmente, de una gama algo más alta que la media, y que puede verse más afectada por la crisis.

Redimensionamiento del sector

La respuesta de los grupos empresariales a esta contracción del mercado, que dura ya un lustro, ha sido la de adaptar sus estructuras y plantillas. Hace cuatro años, cuando en Cantabria se vendían 24.000 coches al año, el sector daba empleo a 1.500 personas. Hoy, con el mercado reducido en un 75% (6.000 vehículos comercializados), hay 500 empleos menos. Es decir, se han perdido un tercio de los que existían en pleno apogeo de ventas. Esta adaptación a las nuevas circunstancias ha sido más fácil para las empresas de reciente creación, nacidas en un momento en que el mercado estaba más contenido, que para las históricas, dimensionadas para un volumen de ventas mucho mayor.
La reestructuración del sector se ha notado también en la concentración de concesionarios, empezando por las propias marcas, que han ido cerrando sedes. Pero aún más se han reducido los grupos empresariales, a veces mediante absorciones. En Cantabria se comercializan ahora mismo 35 marcas a través de 36 empresas locales, integradas todas ellas en la nueva Asociación de Concesionarios.

Un nuevo Plan Renueva

Contar con una sola voz va a facilitar el establecimientos de puentes con otras entidades y con el propio Gobierno cántabro. La Asociación, que preside Lorenzo Vidal de la Peña, ya se ha puesto en contacto con el Gira, el cluster que agrupa a la industria vinculada al sector de la automoción en Cantabria, donde hay muchos fabricantes de componentes, para explorar posibles vías de colaboración. También confían en que su relación con el Ejecutivo regional se simplifique y sea más fácil alcanzar los objetivos sobre los que trabajan, como la búsqueda de una línea de crédito blando a través del ICAF; el poder acogerse a alguna subvención para modificar sus costosos sistemas de iluminación y reducir así gastos eléctricos y, sobre todo, la puesta en marcha de un nuevo Plan Renueva, que ayude a la reactivación de las ventas y para el que el Gobierno de Cantabria estaría buscando fondos.
Son las primeras iniciativas de una asociación insólita en el competitivo mundo de la venta de automóviles, donde la necesidad ha llevado a superar las desconfianzas y recelos tradicionales, como subraya su presidente, Lorenzo Vidal: “Ahora, lo primero es informarnos de quiénes somos, porque nos conocemos de toda la vida, pero…”. La Asociación está recabando datos de cada concesionario, aunque, eso sí, “con mucho cuidado para no herir sensibilidades”.

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