BOLSA: Mal de muchos…

A lo largo del pasado año, la evolución de las empresas cántabras que cotizan en Bolsa no fue bueno pero en un nefasto ejercicio bursátil, se puede considerar algo mejor que la media. El Banco Santander consiguió, a última hora, remontar hasta dejar el saldo anual en una pérdida de un 4%. En una dimensión muy distinta, sus sociedades de cartera mantuvieron el tipo, Sniace ganó terreno, Alfa mantuvo su impasibilidad de siempre y tanto Nueva Montaña Quijano como Global Steel Wire volvieron a perder capitalización bursátil. Pero no es para hacerse ilusiones. Las empresas cántabras, con excepción del BSCH, cotizan a los precios más baratos de la Bolsa española, tanto si se tiene en cuenta el PER como el valor contable y ese es un síntoma muy poco favorable.
En una Bolsa que ha caído un 12,68% el pasado año (el IBEX, un 21,75%), bastante más que la del resto de países desarrollados a excepción de Japón, no podía esperarse mucho para los valores cántabros, pero su comportamiento no ha sido tan negativo, quizá por no existir representación de las nuevas tecnologías.
En un año de extremos, ha pasado casi de todo. Asturiana de Zinc llegó a cotizarse a 14,17 euros y acabó el año a 9,30, de forma que sigue siendo una de las empresas más baratas del panorama bursátil español, lo cual puede justificar la opa de Xstrata. A pesar de la bajada del precio del zinc en un 14%, el dólar subió y la compañía ha duplicado el beneficio en el último año, la cual no impidió que su valor bursátil continuase infravalorado, con un PER de 8,7.
Global Steel Wire ha seguido una trayectoria semejante. El mercado no ha valorado suficientemente su asentamiento en el campo de los beneficios y si comenzó el año cotizando a 1,85 euros, el 2000 lo cerró con sólo 1,15, después de haber pasado por un tobogán donde, entre la cotización máxima y la más baja mediaba más de un 100%.

Valores demasiado baratos

Nueva Montaña Quijano, que a pesar de continuar entre las empresas metálicas es ya una mera sociedad tenedora de acciones de GSW y de terrenos, tampoco tuvo más suerte y cerró cerca del mínimo anual, a 0,24 euros, cuando un año antes cotizaba a 0,47. Pero su caso es aún más llamativo, dado que las oscilaciones en su cotización han sido de un 200%. De cualquier forma, el valor de la sociedad, apenas 1.600 millones de pesetas, resulta casi simbólico en la Bolsa española actual, lo que no obsta para que tenga cada día un elevado movimiento de acciones, quizá por tratarse de todo un clásico que muchos inversores utilizan para movimientos especulativos a corto plazo.
Sniace ha salvado la cara. Empezó el año a 0,94 euros y lo acabó a 1,12, una mejora muy significativa en las condiciones que ha vivido la Bolsa española, aunque diste mucho de los 1,83 euros que llegó a cotizar.
Cementos Alfa, la filial cántabra de Portland, apenas tiene movimiento en Bolsa dado que es muy poco el capital en manos de accionistas minoritarios. Por eso no es de extrañar que comenzase el año y lo acabase con el mismo valor. El valor de la sociedad en Bolsa, poco más de 8.700 millones de pesetas, es sólo 7,6 veces superior a los beneficios netos, una cuantía muy reducida si se tiene en cuenta su rentabilidad ejercicio tras ejercicio, pero este PER no es muy distinto al del resto del sector cementero.
Lo cierto es que los valores cántabros no están especialmente reconocidos. El caso de Alfa, una de las empresas con más alto beneficio por acción de la Bolsa española puede estar inducido por su escasa liquidez bursátil, pero la situación llega a extremos preocupantes con Nueva Montaña Quijano y Global Steel Wire, que sólo cotizan al 30% y 22% de su valor contable, prácticamente los índices más bajos de toda la Bolsa española.

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